Como a eso de las 8:30 am, María como todos los martes dejó a su hija en casa de su madre. De regreso en su casa, tomo las pastillas que correspondían a esa hora y se acostó. Eran cerca del medio día cuando Andrés la llamó, para saber cómo se encontraba, ella contesto un poco anestesiada por el efecto de los sedantes, a él le pareció que algo más había en el tono de sus palabras, pero ella logro tranquilizarlo.
13:30 Suena el teléfono de Andrés y se apresura para contestarlo, del otro lado la madre de María le pregunta preocupada si sabe algo de ella, él sorprendido responde que no, ella le comunica con palabras entrecortadas que recibió una llamada diciendo que María está en el hospital. Confundido, Andrés deja caer el teléfono sin siquiera terminar de escuchar la información, no le importa, sabe lo que ocurre, solo piensa en llegar pronto, donde sea que ella esté, deja sus asuntos y corre, corre, porque su cuerpo manda, su mente está confundida y no piensa.
Exhausto, confundido, pide información, pero lo ignoran. Pasan los minutos y se escabulle entre el personal y los pasillos blancos y la gente, escucha su nombre y se detiene. El rostro familiar lo calma, avanza hacia ellos uno de los médicos y pide hablar a solas con él.
Andrés se queda de pie, con el rostro empalidecido y con las lágrimas nublándole los pensamientos, el médico sin preámbulos lo pone al tanto de los hechos y se aleja diciendo que es todo lo que pudieron hacer. Andrés se acerca a la cama donde se encuentra María, ella apenas hablando, apenas viviendo le pide perdón, él llora y la besa y le dice que la ama, ella cierra los ojos y su corazón intenta seguir latiendo, su cuerpo se sigue esforzando por oxigenar la poca sangre que queda. Un grupo de gente entra y lo alejan de ella, no quiere soltar su mano, pero no le permiten estar ahí, abandona la habitación y sobre sus rodillas lloró.
Esa mañana María sabía que era la última, silenciosamente se despidió, ya lo había pensado desde hacía un tiempo, porque le dolía el alma y no encontraba otro modo de calmarla, tomó un cuchillo y cortó su brazo en 14 partes, desgarrando la piel y el musculo, la sangre corrió por su cuerpo y el piso y no conforme con eso tomó la jeringa que tenía preparada con acido muriático (clorhídrico) e intento inyectarla en sus venas, mas su cuerpo que ya comenzaba a sentirse afectado por el dolor, temblaba y el acido carcomía su hueso y el dolor se hacía insoportable y su mente se hacía conciente y su cuerpo no moría. Apenas con fuerzas, tomó el teléfono y pidió ayuda.
Andrés regreso a su casa y no pudo soportar el espectáculo que ahí vio, llevaba en su mano una bolsa plástica con las ropas de ella empapadas en sangre, igual que el piso, la alfombra, el teléfono, tras el cerró la puerta y se fue.
Emma abrió la puerta, hacía muchísimo tiempo que no lo veía, se sentaron y mientras ella le preparaba algo caliente para beber, él intentaba relatar la historia, lo abrazó y lo dejó llorar.
miércoles, 1 de abril de 2009
miércoles, 25 de febrero de 2009
Un te quiero, precedido de un beso en la frente, fue su despedida, después de haber pasado la noche intentando cambiar el mundo. Ella noto en su mirada una luz diferente, que su tono era distinto, que mucho en el había cambiado. El, su compañero de alegrías, de paseos, de largas conversaciones en la terraza. Ella, su confidente, su amiga.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Y los nuevos sabores y el suave aroma a vainilla que emanaba, se mezclaban con el recuerdo de sus besos adolecentes. Y en contraposición a lo fantástico del deseo en aquel tiempo, sus manos ahora navegaban sin pudores la desnudes de su espalda.
Mientras él dejaba caer la copa de un maravillosamente equilibrado carmenère, ella intentaba hacer a un lado su constante pugna interior y olvidando sus rencillas existenciales se dejó amar.
Una lacónica noche agonizaba bajo los primeros asomos de claridad, el hálito del amanecer la despertó y complacida cerró los ojos al saber que la mano de él aun sostenía la suya.
Mientras él dejaba caer la copa de un maravillosamente equilibrado carmenère, ella intentaba hacer a un lado su constante pugna interior y olvidando sus rencillas existenciales se dejó amar.
Una lacónica noche agonizaba bajo los primeros asomos de claridad, el hálito del amanecer la despertó y complacida cerró los ojos al saber que la mano de él aun sostenía la suya.
lunes, 10 de noviembre de 2008
Y es de esperar que todo salga como menos lo imaginábamos.
Aquí estamos....... tú, siempre con tu manito sin querer soltar la mía y yo con mi mirada fija en la tuya para que no te queden dudas de que aquí estoy, de que estaré siempre, de que la vida ahora es nuestra, de que son nuestros los errores, las metidas de pata, los triunfos, las decisiones............la vida.
martes, 16 de septiembre de 2008
La muerte de Emma no implica la muerte de lo que pueda sentir o creer, su esencia no murió, solo se extinguió el egocentrismo y la logica incapacidad de no aceptar no ser la única.
Solo grafiqué con su muerte el fin de una historia que nunca debió ser, en la que ambos disfrutamos, fui parte de su mentira y él de las idílicas historias de mi imaginación.
No guardo rencores, ni culpas, te quedaste en el rincon del aprendizaje y tu imagen difusa se pierde en la gracia de saberme al lado de alguien con quien anhelo escribir una mejor historia.
Solo grafiqué con su muerte el fin de una historia que nunca debió ser, en la que ambos disfrutamos, fui parte de su mentira y él de las idílicas historias de mi imaginación.
No guardo rencores, ni culpas, te quedaste en el rincon del aprendizaje y tu imagen difusa se pierde en la gracia de saberme al lado de alguien con quien anhelo escribir una mejor historia.
miércoles, 6 de agosto de 2008
La siguió y luego de que el auto se alejara, con sigilo, se apuró para alcanzarla, cuando estuvo a unos pasos de ella, saco de su bolso un cuchillo y lo clavo en su espalda. Emma cayó de rodillas sobre la tierra, solo emitió un silencioso quejido. Mientras la veía caer, la volteo, la miro fijamente a los ojos y la apuñaló unas diez veces en el corazón, hasta que no le quedaron dudas de que este pudiera seguir latiendo. Ella se quedó sentada a su lado y vio la sangre correr y revolverse con la tierra, sus manos y su ropa estaban también empapadas en la sangre de Emma, se quedó para asegurarse de que efectivamente había dejado de respirar.
Ella estaba segura de que Emma no quería dejar de existir, que no tenía el valor, sabía que su muerte era la unica solución. Estuvo ahi unos instantes, y aprovechando la soledad de la noche, se alejó...........
Ella estaba segura de que Emma no quería dejar de existir, que no tenía el valor, sabía que su muerte era la unica solución. Estuvo ahi unos instantes, y aprovechando la soledad de la noche, se alejó...........
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