viernes, 12 de diciembre de 2008

Y los nuevos sabores y el suave aroma a vainilla que emanaba, se mezclaban con el recuerdo de sus besos adolecentes. Y en contraposición a lo fantástico del deseo en aquel tiempo, sus manos ahora navegaban sin pudores la desnudes de su espalda.

Mientras él dejaba caer la copa de un maravillosamente equilibrado carmenère, ella intentaba hacer a un lado su constante pugna interior y olvidando sus rencillas existenciales se dejó amar.


Una lacónica noche agonizaba bajo los primeros asomos de claridad, el hálito del amanecer la despertó y complacida cerró los ojos al saber que la mano de él aun sostenía la suya.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno que hayas encontrado el amor Emma.

 kotto dijo...

que presioso post

Emma dijo...

Amor no se, pero al menos si la ilusión...........

markín dijo...

Es el presente, ese que uno debedisfrutar; pese a las dudas.

Puede parecer como un sueño, toda esa acciòn, esa emotividad. Y a veces uno es feliz con solo saberlo sueño. Hay màs dicha, tal y como dices, con sentir esa calor de la otra mano, en tu mano. "estoy presente" dice.

Chau.

Princessa dijo...

Como me cuesta disfrutar el presente sin pensar en el futuro... Ese "dejarse llevar" me mata!!!
Un abrazo

Saruki dijo...

Qué lindo.

Espero que tengas un buen comienzo de año Emma! :D