miércoles, 25 de febrero de 2009

Un te quiero, precedido de un beso en la frente, fue su despedida, después de haber pasado la noche intentando cambiar el mundo. Ella noto en su mirada una luz diferente, que su tono era distinto, que mucho en el había cambiado. El, su compañero de alegrías, de paseos, de largas conversaciones en la terraza. Ella, su confidente, su amiga.