viernes, 20 de julio de 2007

Rouge

Hoy use mis zapatos rojos, tomé la caja, los contemple un rato y luego me decidí a ponerle un poco de color a esta mañana tan gris y fría, y hasta es momento no sabía lo que significaría tomar esa trascendental decisión.



10:30 Me bajé del auto en el centro y me fui dando cuenta de cómo las miradas de los que pasaban apresurados a mi lado se desviaban hacia mí, o más específicamente hacia mis zapatos rojos, abrigo gris, cartera roja. De pronto en medio de esa masa pintada en tonalidades grises y marrones apareció la figura de quien por mucho tiempo fue entre mi amigo con ventaja, amante o como quiera que se le llame a la persona con la que tienes una relación sin nombre, sin futuro, sin exclusividad, etc.



Lo vi por primera vez en un montón de tiempo y me sentí aliviada cuando no me temblaron las piernas ni me dolió la guata. Me miró y se sonrío un tanto malicioso



El: Hola!
Yo: Hola!
El: Estas tan…tan…tan. Te ves bien
Yo: Gracias
……….
El: Te voy a llamar.
Yo: Chao.



Me di vuelta y seguí caminando, con la vista al frente, sintiéndome confiada y porque no decirlo: linda. (soy una mujer normal, nada sobresaliente)



Siento que gané, que le gané al miedo de tenerlo al frente, que las experiencias y el tiempo que ha pasado me dieron la confianza, pero en el fondo se que se lo debo todo a mis zapatos rojos.



20:17. Suena mi teléfono, reconozco el numero y siento el placer de no contestar.